“Cuanto más alto subía, tanto más simples eran las cosas. La belleza y la función comenzaban a traslucirse en todo lo que me rodeaba. A través del montañismo, en que la esencia real de la experiencia está basada en el carácter natural del terreno, descubrimos una forma nueva de contemplar el mundo que modificó profundamente la vida de cada uno de nosotros. Y es así como nos iniciamos en el movimiento conservacionista”
Con estas palabras, el fotógrafo y alpinista Galen Rowell, describe a la perfección la inquietud conservacionista surgida de la experiencia en la montaña. A través de sus fotografías, supo trasmitir la belleza de paisajes de distintas cordilleras del mundo y promover así su protección.
Son muchas las iniciativas en las que montañeros se han movilizado para conservar los espacios naturales e impulsar otro modelo de desarrollo. Galen Rowell, era miembro de la asociación Sierra Club, una de las organizaciones ambientales de mayor importancia de los Estados Unidos. La asociación fue fundada por el mítico John Muir, explorador y montañero incansable, propulsor de los espacios naturales protegidos, y asiduo de los riscos de Yosemite.
Años mas tarde, la edad de oro de la escalada llegaría a Yosemite, con Yvon Chouinard y otros escaladores liderando aperturas que han marcado el estilo de la escalada moderna. Yvon es fundador de la marca de material de montaña Patagonia, empresa referente en realizar prendas técnicas de manera ambientalmente responsable y apoyo de muchas iniciativas ecologistas locales.
Yvon compartió escaladas con el fundador de la marca The North Face, Douglas Tompkins. Tompkins, viendo que a través de su marca, estaba incentivando el consumismo en un modelo insostenible que poco bien hacia a los espacios naturales en los que el disfrutaba, decidió vender la marca y dedicarse a proyectos conservacionistas mediante la adquisición de terrenos, la agricultura ecológica, y activismo ambiental.
Hay muchas maneras de contribuir a la mejora de nuestro entorno ambiental y particularmente de la montaña. Desde los hábitos de nuestro día a día, como la manera en la que nos desplazamos a una escuela de escalada, hasta formar parte activa de proyectos de restauración o mejora ambiental de los ecosistemas. En este video realizado por unos escaladores chilenos, se muestra como una escalada puede trascender lo deportivo, y aportar a una causa ambiental, en este caso denunciando la construcción de una central hidroeléctrica en un valle de alto valor ecológico como es el Cajón del Alto Maipo. “Para la vida de abajo, deshielo y congelación componen un fino equilibrio, como el que se tiene sobre esta cuerda que asegura otra oportunidad”.
Estero Las Placas 1 m³/ seg from Cae Martínez on Vimeo.
Pero tampoco hay que irse tan lejos. El Parque Natural Urkiola, ubicado en Bizkaia, es un buen ejemplo del papel proactivo de los escaladores en favor de la conservación del lugar. En el año 1990 varios escaladores se instalaron en una hamaca en la pared a 160 m del suelo, impidiendo el avance de una cantera emplazada en el interior del espacio protegido. Por otro lado, el colectivo se implicó en otros conflictos del parque como la eliminación de un repetidor de comunicaciones.
Si nos acercamos a la montaña adaptándonos más a sus ritmos, dejando un poco más de lado lo puramente deportivo, y buscamos una trascendencia mas profunda, puede que nazca en nosotros una inquietud por conservar ese entorno que tanto nos aporta. Como colectivo, los escaladores y montañeros han demostrado que pueden ser un agente de cambio, y ahora mas que nunca, queda mucho por hacer.
Ingeniero forestal y Guía de Montaña. Master en Espacios Naturales Protegidos. Practico Alpinismo, actividad a través de la cual he comprendido la necesidad de conservación de las cumbres y sus entornos.
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