Los ríos que nos encontramos en las montañas se caracterizan por las fuertes pendientes de sus cauces, aguas frías y oxigenadas y un fondo formado por gravas y roca madre. Pese a que el estado de conservación de los ríos de montaña es mejor que el de los ubicados en las llanuras, la dinámica socioeconómica que desde el principio de la década de los años ochenta del siglo pasado viene dándose en las zonas altas, ha supuesto la alteración de estos ecosistemas.
Pero, ¿cómo evaluar el estado de conservación de un río? Entre los distintos indicadores que evalúan el estado ecológico de dicho ecosistema, podemos atender a factores biológicos, físico-químicos e hidromorfológicos. Un elemento hidromorfológico de gran importancia es el régimen hidrológico.
El régimen hidrológico de un río, es decir, la cantidad de agua que circula en cada momento y su variación a lo largo del año, es una variable clave para el ecosistema íntimamente relacionada con los procesos ecológicos que se dan en él. Podríamos compararlo con el funcionamiento del corazón y el sistema circulatorio de una persona. La cantidad de sangre que el corazón hace fluir hacia todas las células de nuestro cuerpo es fundamental para que nuestros sistemas y órganos tengan el suficiente oxígeno para llevar a cabo sus funciones básicas.
Asimismo, un corazón acostumbrado a cambiar de ritmo, por ejemplo, el corazón de un deportista es más resistente que uno que permanece siempre con el mismo número de latidos por minuto. Estas dos variables, cantidad y variabilidad son las que definen el régimen hidrológico de un río y que hacen de él un ecosistema sumamente resiliente.
La intensa regulación que realizan las presas existentes en ríos, muchas de ellas ubicadas en ríos de montaña, y la consecuente alteración del régimen hidrológico debido a su manejo, es un factor limitante para alcanzar los objetivos de buen estado que marca la Directiva Marco del Agua, de aplicación en todos los países de la Unión Europea.
La siguiente figura ilustra, a modo de ejemplo, cuál ha sido el impacto de la regulación del caudal sobre el régimen hidrológico del río Ebro en su tramo alto y cerca de su nacimiento a más de 1.800 metros de altitud, el cual se usa para satisfacer las demandas de regadío existentes aguas abajo.
La línea azul representa el régimen hidrológico previo a la construcción de la presa, con el típico patrón estacional Mediterráneo: caudales altos en invierno y primavera y caudales bajos durante el estiaje. Tras la construcción de la presa (línea naranja) es evidente que este patrón estacional se invierte: el embalse retiene el agua procedente de las precipitaciones del invierno y la primavera para soltarla en verano, momento en que las necesidades del regadío son más altas. Para continuar con el símil del corazón, podríamos decir que el corazón del río se encuentra en una situación de “arritmia”. Sabiendo que las comunidades biológicas y el propio funcionamiento del río dependen directamente del caudal circulante, es fácil imaginar que esta situación tiene un severo impacto sobre el ecosistema fluvial.
Como respuesta ante la alteración del régimen hidrológico de un río, surge el concepto de caudal ecológico. La Declaración de Brisbane de 2007 los define como “la cantidad de caudal necesaria en cada momento para sostener a los ecosistemas de agua dulce, los cuales a su vez mantienen las culturas humanas, sus economías y su bienestar”. De esta definición se deduce que los caudales ecológicos no solo ayudan a mantener la biodiversidad de los ecosistemas de agua dulce, si no que son fundamentales para asegurar los servicios que estos ecosistemas ofrecen a la sociedad a través de su correcto funcionamiento.
La normativa española establece que los caudales ecológicos deben implementarse en todos los ríos españoles a través de cuatro variables: caudales mínimos, caudales máximos, tasas de cambio y caudales de crecida, teniendo cada una de estas variables una función ambiental específica que trata de imitar ese fluir natural del río. Un reciente estudio publicado en la revista Environmental Management advierte de la desigual implementación de estas cuatro variables poniendo en jaque la capacidad de los caudales ecológicos de lograr sus objetivos. Ante esta situación, cabe reseñar la importancia de la implementación de los caudales ecológicos como instrumento clave para la mejora del estado de conservación de los ríos y de sus tramos altos en las montañas.
Mezger, G., De Stefano, L., & del Tánago, M. G. (2019). Assessing the Establishment and Implementation of Environmental Flows in Spain. Environmental Management, 64 (6), 721-735.
Fernando
Hola,
Muchas gracias por el interesante artículo. No me queda claro, del texto, cómo afecta exactamente la construcción de la presa al caudal del río en su tramo alto. ¿Frenar su salida afecta a la cantidad de agua en su tramo alto? ¿O al cauce del río, características del agua, etc?
Por otro lado, decís que la “desigual implementación de estas cuatro variables pone en jaque la capacidad de los caudales ecológicos de lograr sus objetivos.” Sería muy interesante conocer el por qué de las diferencias en estas cuatro variables, y cómo afectan exactamente al caudal ecológico y sus objetivos.
Esto llevaría al punto que me parece importante señalar y que no encuentro en el artículo, ¿qué tenemos que cambiar y cómo empezamos?
¡Muchas gracias!
Gabriel
Buenas tardes Fernando,
Gracias por tus comentarios y dudas, que vamos a intentar resolver de la mejor manera a través de esta respuesta.
Pero antes de empezar, nos gustaría señalar que los objetivos de este artículo han sido:
1) Dar información concisa y asequible sobre las alteraciones hidrológicas que generan las presas. No hemos entrado en otro tipo de alteraciones, como podrían ser cambios en la temperatura del agua, en su concentración de nutrientes o en la cantidad de sedimento que lleva el río, por ejemplo, porque pensamos que alargaría demasiado el artículo.
2) Hablar sobre una herramienta que existe para mitigar estas alteraciones (los caudales ecológicos) que la propia normativa española reconoce y que se lleva implementando en nuestros ríos desde 2013.
3) Poner sobre la mesa que la implementación de esta herramienta en España ha sido incompleta y que aún queda mucho por hacer, sin entrar a valorar el por qué de esta desigual implementación.
Por lo tanto, aunque tus dudas son legítimas y muy oportunas, responderlas en un artículo de opinión como este requeriría darle al lector una cantidad importante de contexto sobre la Planificación Hidrológica en España y sus problemas de base, que creemos que está fuera de los objetivos que antes mencionaba.
Respecto a cómo las presas afectan al río, sus impactos son muy diversos y dependen en gran medida de los contextos geográficos, climáticos y de los usos del embalse. Nosotros hemos señalado uno de estos impactos, (la inversión del régimen hidrológico que queda reflejada en la figura del artículo) porque nos parecía fácil de interpretar tanto en su forma como en sus posibles efectos a nivel ecológico. No obstante, en caso de que quieras profundizar en el tema te dejamos algunas referencias que tal vez sean de tu interés:
– Caiola, N., Ibáñez, C., Verdú, J., Munné, A., 2014. Effects of flow regulation on the establishment of alien fish species: A community structure approach to biological validation of environmental flows. Ecol. Indic. 45, 598–604. https://doi.org/10.1016/j.ecolind.2014.05.012
– González del Tánago, M., Bejarano, M.D., García de Jalón, D., Schmidt, J.C., 2015. Biogeomorphic responses to flow regulation and fine sediment supply in Mediterranean streams (the Guadalete River, southern Spain). J. Hydrol. 528, 751–762. https://doi.org/10.1016/j.jhydrol.2015.06.065
– González del Tánago, M., Martínez-Fernández, V., García de Jalón, D,. 2016. Diagnosing problems produced by flow regulation and other disturbances in Southern European Rivers : the Porma and Curueño Rivers ( Duero Basin , NW Spain ). Aquat. Sci. 78, 121–133. https://doi.org/10.1007/s00027-015-0428-1
– Belmar, O., Bruno, D., Martínez-Capel, F., Barquín, J., Velasco, J., 2013. Effects of flow regime alteration on fluvial habitats and riparian quality in a semiarid Mediterranean basin. Ecol. Indic. 30, 52–64. https://doi.org/10.1016/j.ecolind.2013.01.042
– Lobera, G., Besné, P., Vericat, D., López-Tarazón, J.A., Tena, A., Aristi, I., Díez, J.R., Ibisate, A., Larrañaga, A., Elosegi, A., Batalla, R.J., 2015. Geomorphic status of regulated rivers in the Iberian Peninsula. Sci. Total Environ. 508, 101–114. https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2014.10.058
Respondiendo a tu segundo comentario, la desigual implementación de las cuatro variables del régimen de caudales ecológicos se debe a varias razones, que como te comentaba antes, requieren de la explicación de un contexto previo que se aleja de nuestros objetivos iniciales. No obstante, los caudales ecológicos imponen restricciones a los usos del agua pre-existentes y su implementación los condiciona de forma importante. Es por eso que los caudales ecológicos generan “conflictos” entre los distintos usuarios del agua que implican largos procesos de negociación. En muchos casos, estos conflictos se han resuelto imponiendo unos caudales ecológicos que condicionan poco o nada lo que se ha venido haciendo durante las últimas décadas en cuanto a usos del agua se refiere. En estas condiciones, la no implementación de algunas variables del régimen de caudales ecológicos como las tasas de cambio impide regular las subidas y bajadas bruscas del caudal generadas, por ejemplo, por la turbinación de agua para generar electricidad. Como puedes imaginar, estas subidas y bajadas tienen una influencia en el arrastre de organismos aguas abajo. Por otro lado, la pobre implementación de caudales generadores afecta (entre otras muchas cosas) a la capacidad del río para movilizar sedimentos o a la capacidad de las especies de ribera para invadir el cauce. En definitiva, todas estas cosas que te comento (y muchas otras en las que no entro por no extenderme demasiado) tienen un efecto sobre el estado ecológico del río e impiden que los caudales ecológicos alcancen su objetivo.
Para terminar, estamos de acuerdo en que sería bueno incluir una explicación sobre qué podría cambiarse para ir mejorando. Sin embargo, como te adelantaba antes los problemas de la gestión de los recursos hídricos en España son numerosos y muy dependientes del contexto geográfico y climático. Es decir, cada lugar tiene su problemática y por lo tanto su “batería” de posibles soluciones, lo cual nos aleja de proponer soluciones “generalistas” que no tengan en cuenta las limitaciones propias de cada territorio.
Esperamos haber resuelto tus dudas.
Un saludo y gracias,
Fernando
Para hacer frente a los numerosos problemas medioambientales que tiene la sociedad,una de las herramientas más necesarias es la información y la sensibilización de la sociedad.Creo que este artículo contribuye a ello en un ámbito no muy conocido
Enhorabuena
Os animaría a seguir difundiendo información sobre los Ríos,sus externalidades y sus problemáticas medioambientes
¿Exceso de caudales en los ríos Mundo y Segura? Paradojas en una de las cuencas más sobrexplotadas de Europa – Plataforma en Defensa de las Fuentes
[…] Tras la construcción de embalses con destino al regadío suele producirse una inversión del régimen de caudales. Imagen: LucesDeMontaña.org […]
Hola
Hola
Hola
Adiós
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