Del infierno al cielo en un día

¿Quién no ha cruzado nunca una estación de esquí en pleno verano? Afortunadamente hay pocos locos con ganas de meterse 1600 m de desnivel atravesando una especie de obras gigantescas en Suiza. Pero, ¿y si no nos quedase mas remedio que hacerlo?

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Detalle de la estación de esquí de Saas-Fee

El Strahlhorn (4190m) y Allalinhorn (4027m) por la arista Hohlaub se antojaban como dos cumbres asequibles incluso para poco duchos en materia alpina como nosotros. El ocho, un dinámico y material de nieve y hielo (cuerda, crampones, piolet y algún tornillo) son en principio suficientes para merodear unas horas por sus laderas y cumbres. Lo que no esperábamos era toparnos con una estación sin nieve, una montaña pelada en su parte baja, que mostraba su lado mas áspero a tres senderistas que parecíamos extraterrestres en medio de un paisaje lunar.

Si buscáis en internet fotos de Saas-Fee en Suiza, no encontrareis mas que imágenes de pistas nevadas bajo la mirada de hasta ocho imponentes cuatromiles. Pero si os acercáis en verano sentiréis que estáis en la mayor obra de Europa, junto a unos pocos esquiadores y acróbatas que realizan maniobras sobre el cada año mas escaso glaciar Fee. Desde que existen mediciones, el glaciar ha retrocedido un kilometro según la Swiss Glacier Monitoring Network. Pero la fiesta continua. Motos de esquí para grandes y pequeños y mojitos a 3500 metros de altitud.

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Grieta en el glaciar con el Strahlhorn al fondo

Una vez superadas la obra, el paisaje hacia el lado opuesto es lunar, pero sin carteles de “work in progress”. La larga marcha al Strahlhorn (mejor en esquis, de travesia), tiene la recompensa de la soledad, y una cruz en la cumbre que nos recuerda que estamos en el lugar opuesto de donde partimos.

Llegando al Strahlhorn 4190m
Llegando a la cumbre del Strahlhorn (4190m)

 

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Investigador del Laboratorio de Ecologia Alpina (CNRS-UGA) en Grenoble e investigador asociado en el Basque Centre for Climate Change en Bilbao.

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Ignacio Palomo

Investigador del Laboratorio de Ecologia Alpina (CNRS-UGA) en Grenoble e investigador asociado en el Basque Centre for Climate Change en Bilbao.

2 comentarios

  1. Rosa Fernández-Arroyo

    Bonito post.
    Ciertamente Nacho, la fiesta continúa. Dentro y fuera de las estaciones de esquí. Como bailar en la cubierta del Titanic. Besos

    • Ignacio Palomo

      Muchas gracias Rosa, muy buena metáfora. Lo triste es que aunque el titanic “de aquí” no se haya hundido aún, en muchos otros lugares si lo está haciendo. Un abrazo.

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